Siluetas humanas grabadas en Hiroshima
El golpe final que Estados Unidos propina al Eje. La bomba atómica cambia, de súbito y para siempre, sus empresas expansionistas. Hiroshima es el punto final, el impacto es tan poderoso que deja siluetas humanas grabadas.
Hacia finales de 1945, la Segunda Guerra Mundial ya empieza a terminar. La única potencia que sigue firme era Japón que, aunque Alemania e Italia ya se habían rendido, tenía aspiraciones de expandir sus influencias hacia el sureste asiático. A pesar de eso, el panorama no pinta bien en absoluto.
El 6 de agosto de 1945, una avioneta militar sale cargada con una bomba atómica de una base estadounidense en las Islas Marianas. Años después, el piloto del Enola Gay, así se llama la nave; asegura que no tenía idea del contenido del cargamento.
Según él, piensa que son bombas como las que ya se han tirado antes, como si eso fue excusa suficiente para masacrar a la población civil.
A cargo del avión bombardero Boeing B-29 Superfortress, viene un arma de destrucción masiva que nunca antes se ha utilizado para atacar a una ciudad en el mundo.
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¿Cómo aparecieron las siluetas humanas grabadas?
Después de la detonación de la bomba atómica, nombrada ácidamente como Little Boy, la fisión nuclear arrasa con las construcciones, infraestructura y personas que ahí habitaban, como si nunca hubieran existido.
A las 8:15 de ese día, la fuerza de muchos soles estallan sobre Hiroshima. La fisión nuclear genera una ola de calor superior a los 4 mil centígrados, en un radio aproximado de 4.5 kilómetros. A su paso los rostros y viviendas de los habitantes quedan completamente borrados debajo del hongo atómico.
Según el Dr. Michael Hartshorne, fideicomisario emérito del Museo Nacional de Ciencia e Historia Nuclear en Albuquerque explica que:
La luz intensa y el calor se extienden fuera del punto de implosión. Los objetos y las personas a su paso acapara a los objetos detrás de ellos absorbiendo la luz y la energía.”
Por esta razón, algunos cuerpos sencillamente se desintegraron. Comparaciones posteriores relacionan la potencia de la detonación a la de 15 mil toneladas de TNT, explotando al mismo tiempo.
Así, diversas siluetas quedan impresas en el suelo. A más de 7 décadas de la catástrofe, las sombras siguen ahí, las personas se desvanecieron debajo del calor incontenible.
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Sombras de fisión nuclear en Hiroshima
La reacción en cadena, de acuerdo con Alex Wellestein, profesor asistente de estudios de ciencia y tecnología en el Instituto de Tecnología Stevens, sucede en un milisegundo. En ese espacio de tiempo, miles de millones de átomos se dividen, generando una explosión devastadora sobre Hiroshima.
La energía fluyó como ondas de fotones en longitudes diferentes, impulsados por uranio 235 y plutonio 239. La radiación fue tan destructiva que atravesó el cuerpo humano por medio de la ropa y la piel, destrozando por completo la información genética de las víctimas. Así como se desmanteló la infraestructura de la ciudad; el ADN de la gente queda completamente desmembrado. Solo sus halos quedan impresos en el suelo.
A 76 años de la desgracia, el Estado japonés decide dejar algunas siluetas humanas grabadas en el suelo. Como un recordatorio, como una promesa de no olvidar a las víctimas civiles de un conflicto internacional.
Solo algunas se han borrado, como consecuencia del viento y agua. Hoy, que la ciudad se ha vuelto a construir después de los estragos de Little Boy; otras más observan la cotidianidad pasar, como fantasmas expectantes de una vida que les fue arrebatada.
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