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El circo panista saboteador

El circo panista saboteador

El circo panista saboteador
Triques

Como mago de circo Atayde de rancho, Ricardo Alemán, saca de su vieja chistera una defensa a bote pronto de la doctorante Sandra Cuevas a la hora de ser señalada como saboteadora electoral, y desde su desamparo académico de preparatoria trunca, trata de argumentar, con su profunda ignorancia, que los legisladores de Morena, también eran delincuentes por los mismos delitos.

Luego de haberse encontrado miles de volantes con mensaje agresivo y amenazador, de odio contra la jefa de gobierno en oficinas de Desarrollo Social de la alcaldía Cuauhtémoc, el preparatoriano “denunció” que había cientos de periódicos Regeneración en las oficinas de los diputados morenistas en la Cámara de Diputados, tratando de decir que se trata de lo mismo, nada más erróneo que evidencia el desconocimiento de las leyes de este ahijado de García Luna.

Porque no es lo mismo que una servidora pública elabore y distribuya propaganda en espacios públicos como lo son las oficinas de la alcaldía Cuauhtémoc, violenta contra alguien de un partido político contrario, de contenido electoral, con dinero público, que legisladores guarden o repartan el periódico Regeneración, impreso con dinero del partido, lo cual es su obligación.

Pero como la miopía es grande este aprendiz de escribano considera que puede haber puntos de coincidencia, por lo menos para los medios, habrá que aclararle que los espacios de una alcaldía son espacios públicos y los de los legisladores pertenecen a la gente del distrito que representa un partido político específicamente.

Por otra parte, una servidora pública, como la doctorante, debe gobernar para todos los habitantes de la alcaldía, en este caso, y un legislador representa a personas a través de las ideas políticas propias de su partido, motivo por el cual votaron por ellos. Una alcaldesa es servidora pública susceptible de ser juzgada por los delitos que se le comprueben; un legislador tiene la alternativa del fuero de acuerdo a las circunstancias de su falta.

Tener bajo resguardo un periódico del partido al que se pertenece, elaborarlo, escribir en él, distribuirlo, recomendarlo es una obligación de todo militante de cualquier partido; sin embargo, protagonizar la guerra sucia contra otro servidor público es un delito.

Exigirle conocimientos legales, políticos, electorales o periodísticos a Ricardo Alemán sería un abuso; sin embargo, esto no justifica la mala intención con la que dio a conocer la noticia de los periódicos guardados en las oficinas de legisladores de Morena en el Palacio Legislativo, de San Lázaro, porque lo difundió en el mismo momento en que la agresión de la doctorante era un boom mediático. Conducta de la panista que la sociedad espera sea castigada de manera ejemplar y puntualmente.

Por otra parte, en el mismo circo panista Andrés Atayde, presidente de ese partido en la CDMX, responsabilizó a Claudia Sheinbaum de una persecución contra sus opositores tras el montaje para desacreditar a la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas. La hipocresía de los panistas, quienes tiran la piedra y esconden la mano, les costará su registro en las próximas elecciones.

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Cuando burlan la ley los panistas argumentan persecución política, cuando son sorprendidos in fraganti, dicen que les sembraron los volantes y cuando son narcos desconocen a los que fueron sus cómplices en el negocio de las drogas, a pesar de las evidencias.

Sin embargo, no falta el acomedido que en medio de sus nostalgias del chayote perdido salga en defensa de todo enemigo de la razón y la justicia, a través de mentiras e inventos que su incapacidad considera que pueden convencer. Los panistas y sus aliados sabotean hasta la verdad.

Jose García
Jose Garcia

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