Morena, incontenible
Sin Remitente
Desde el 2 de julio del 2018 que ganaron la presidencia del país y Tabasco en lo particular, los morenistas no han dejado ni dejarán de celebrar los triunfos obtenidos.
Es un hecho que Morena está en un proceso de consolidación que implica pasar de ser un movimiento social a un partido político estructurado que hoy gobierna 22 de 32 entidades del país.
En Tabasco, en el 2024, los morenistas arrasarán la elección para gobernador y ganarán la presidencia de la república.
Hoy todo lo que toca Morena gana: hay que reconocer que la gran mayoría de los mexicanos le está depositando la confianza a sus candidatos, sin detenerse a ver si son fundadores o de otros partidos.
El éxito de Morena es proporcional al éxito del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y sus políticas sociales, soporte principal de su administración y el de su partido.
Para Morena la elección del 2023 en el Estado de México y Chihuahua será la confirmación de su avance incontenible como preámbulo de lo que pasará en 2024.
En Tabasco, Morena, por descontado, desde ahora tiene todo ganado: alcaldías, diputaciones, senadurías y la gubernatura.
Los morenistas pueden celebrar incluso con anticipación porque, aunque sus adversarios no lo admiten y continúan con su misma perorata sin entender los nuevos tiempos y circunstancias, volverán a ganar.
De ahí que lo que le sobran a Morena son candidatos para todos los cargos de elección popular y hay los que estando en uno ahora ya están pensando en repetir o buscar alcanzar otra posición mucho mejor.
Morena está viviendo política y electoralmente su mejor momento, en una inercia ganadora que habrán de refrendar en la elección del 2024, en el que muy probablemente obtengan la mayoría de la Cámara de Diputados, clave para la consolidación de la 4 Transformación en el sexenio por venir.
Contra lo que digan sus adversarios y los errores que su administración pueda tener, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha sido exitoso y eso lo podemos medir con el apoyo de la gente.
El pueblo pone y el pueblo quita, y como hemos atestiguado, el pueblo está contento con su Presidente, les guste o no a sus adversarios y a la clase política y empresarial que sigue añorando los viejos tiempos del PRI que ya está en el basurero de la historia del país.