Marcelo juega sucio
Triques
La desesperación de saberse en segundo lugar en todas las encuestas para ser candidato a la Presidencia de la República y además ver cerradas las puertas de otros partidos, recurrió a una estrategia que por obvia se convierte en un agravio a la inteligencia.
La extemporánea como absurda llegada de Polevnsky no muestra más que una especie de bullying contra Claudia Sheinbaum, para tener en la contienda una trinchera femenina y no lo culpen de violencia política de género. El canciller aprovechó el resentimiento que Yeidckol tiene contra Alfonso Ramírez Cuéllar por darle un golpe de Estado en su presidencia interinad e Morena en febrero de 2021, a través de una sucia maniobra judicial. El actual coordinador de la campaña de Claudia pasó por la presidencia interina sin pena ni gloria, “depurando” a todo personal que hubiera tenido que ver con Yedickol. Así, Marcelo la coloca como carne de cañón en la lucha por la candidatura, para ver si logra rebasar a la jefa de gobierno.
Es decir, en el campo de batalla quien pidió piso parejo fe el primero en poner baches con el pretexto de su libro que fue el vehículo para adelantarse en la pelea por la candidatura de Morena, que no era otra cosa que un curriculum vitae novelado. Porque para ser un candidato de izquierda debió tener aportaciones valiosas, novedades políticas, creaciones ideológicas, alternativas auténticas, pero sólo es un vistazo a su vida burocrática donde asegura conocer a políticos de altos vuelos. Pero de aportaciones, ninguna.
Para pertenecer a la izquierda o por lo menos al progresismo se requiere un conocimiento profundo de la teoría política y todos pensábamos que Ebrard la tenía, pero decepciono.
Por si fuera poco realizó una estrategia poco loable que intentó enfrentar, más aún, a algunos medios, con el gobierno federal, al violar el acuerdo de no acudir a los medios que chocan con la 4T. Y a las pocas horas de formar ese acuerdo ya estaba con Pepe Cárdenas concediendo una entrevista.
Para completar su provocación señaló públicamente que debería darse a conocer una lista de deseos medios que fingió desconocer, para que hubiera un colapso que arrojara una restricción a la libertad de expresión de parte de la cúpula de Morena.
Desconocer a los medios que mienten constantemente para atacar a la 4T significa desconocer la política contemporánea del país en los últimos cuatro años y medio. Bastaría tener sentido común para identificarlos.
Ebrard engañó a sus propios seguidores desde el principio, permitió la creación de grupos llamados avanzadas donde las cabezas aseguraban tener línea directa con él y que asegurarían un puesto en su administración, cuando en realidad sus colaboradores cercanos están en la SER.
Los seguidores de Marcelo Ebrard son condicionados desde el primer contacto con sus dirigentes de seguir a Ebrard aunque no esté en Morena. Como en las consignas nazis les decían ustedes no son obradoristas, no son morenistas son ebradoristas. Porque el culto a la personalidad es algo que caracteriza a más de un seguidor de Marcelo
La mayoría de estos grupos está compuesta por simpatizantes, no por militantes, aunque no tiene mucho de dónde escoger Ebrard si quiere guardar la congruencia de darle seguimiento a la 4T.
Las puñaladas de Monreal a la 4T, pueden servir de ejemplo y allanarle el camino, porque es popular su amistad entre el canciller y el zacatecano, nadie puede imaginar que uno esté separado del otro en un proceso comicial de trascendencia. Por lo pronto, coinciden ambos en que “no hay piso parejo” en Morena para elegir candidato a la Presidencia de la República, y puede que haya más coincidencias.
Ebrard deberá explicar a los votantes la verdadera causa de su ausencia del país por seis años y sus orígenes. Porque en el libro sólo habla como víctima de una injusticia. Hay quienes se preguntan cómo alguien puede aspirar al cargo político más importante del país con un silencio de seis años.
Sin duda Marcelo Ebrard es el precandidato más distante a Andrés Manuel López Obrador, en lo político y en la amistad. Comparado con los otros competidores, Ebrard conoció al actual presidente en 2006. A Claudia la conoce el Presidente mínimo desde hace 24 años y a Adán, desde niños. Ebrard es el mayor de los tres precandidatos morenistas y el menos sano. Se agita cuando habla y camina, su sobrepeso lo condena a jornadas cortas de trabajo.
El peligro de Ebrard es él mismo. Su pasado priísta, su salud, su edad, su origen, su salinismo, su camachismo, su rechazo cuando alguien quiere tomarse una selfie con él, su ropa de marca, su voz débil en el discurso, etc.
La nueva investigación de la UIF, dada a conocer en la revista Contralínea y su estrategia esquirol al meter con calzador a Yeidckol habla de juego sucio de alguien que siempre pidió piso parejo. Y es el gran perdedor es esta aparente trampa a la democracia.