Creel y el circo panista
Triques
El PAN al no tener fuerza en las cámaras recurrió, con chantajes y dinero de por medio, al INE. Éste le sirvió hasta que cambió de dirección y de consejeros. Ahora, el PAN hace lo mismo con la Suprema Corte de Justica, que ya es una extensión de la política panista, y logra que muchos de sus militantes registrados como delincuentes comunes no sólo sean amparados por los ministros sino que recuperen propiedades, cuentas y privilegios.
El PAN ya no es un partido político y lo sabe. El número de militantes que tiene ya no le alcanzan para competir. Sólo queda un membrete como metáfora de lo que pudo haber sido y no fue y uno que otro despistado militante sigue creyendo que se trata de un partido con base social, con militancia, con arraigo entre la población, con capacidad de convocatoria, etc. que vive en el pasado.
Con un discurso donde nunca olvidan asegurar que hay millones de mexicanos detrás de ellos, con una muy pobre militancia que no supera los 271 mil mexicanos. Es una pena ver cómo el PRD, Al que colocan en la agonía, tiene más militantes que el PRD.
Muchas han sido las actitudes de los panistas que los colocan como defensores de los empresarios, fama que tienen desde el primer día de vida hasta la fecha. Actualmente sus militantes muestran una gran vocación histriónica, desde los actos circenses de Xóchitl, hasta la tragedia griega de Kenia, los latrocinios de Von Roerich, el analfabetismo político de Margarita, la mafiosa actuación de Jorge, pasando por la estridencia de la malabarista Lilly. Los desajustes hormonales de Mariana, las necrofilias de Marko Cortés, y las esquizofrenias de Santiago.
Esa pandilla conforma al PAN, lo representa e identifica. Algunos otros que ni a comparsa llegan son la pandilla que se disfraza de partido político para poder concursar por el premio político.
Deben destacarse dos pifias del autodenominado candidato a la Presidencia de la República Santiago Creel. La primera, haber recibido en nombre de la Cámara de Diputados al Grupo de Amistad México- Ucrania, que preside el diputado panista Riult Rivera Gutiérrez, cuando debió recibirlos en nombre propio ya que nunca pidió autorización para hablar en nombre del resto de los diputados ni a nombre de la colegisladora. Con lo cual debieran retirarle el cargo de presidente de la Mesa Directiva, pero la otra no fue error sino una traición y una muestra del doble discurso que identifica al PAN.
Resulta que Santiago Creel después de haber defendido hasta con lágrimas la naturaleza para sabotear la construcción del tren maya, ahora aparece como uno de los abogados de Vulcan Material Company, propietaria de la minera Calizas Industriales del Carmen (Calica) en Playa del Carmen, Quintana Roo, que demanda al gobierno mexicano como respuesta a la suspensión de actividades que afectó por años el sistema ecológico de la región y, por si fuera poco, una vez que fueron descubiertos en acciones ilícitas que afectaban la ecología de la región se indignaron y contrataron a Creel para defender la depredación.
Es decir, Calica ha hecho más daño a la región que cualquiera otra empresa o proyecto; sin embargo, ahí está Creel impulsando la industria extranjera en detrimento de la naturaleza del país que dice proteger.
Los panistas en la Ciudad de México son un desastre peor aún, quienes no están acusados de pertenecer al cártel inmobiliario, son agresores familiares, violentos en la familia, desquiciados e iracundos funcionarios públicos que prefieren sacar un cuchillo antes de tener sus documentos en regla.
El PAN es un remedo departidos y los panistas una caricatura de comediantes de quinta y así quieren hacer política. Ahora hasta su propio paladín Felipe Calderón culpa a Marko y a Ricardo Anaya de perder las elecciones en 2018. La realidad es adversa para un partido que vive el peor momento de su historia.