Decenas de católicos carmelitas acudieron a la imposición de ceniza
En su liturgia el rector del Santuario Mariano Diocesano de Nuestra Señora del Carmen, José Francisco Verdejo Aguilera, llamó a los feligreses a una conversión en sus vidas, a un cambio de mentalidad, de actitudes, en nuestras retorcidas forma de pensar, que no está en sintonía con lo que Dios pide
Por: Fernando Kantún
Cd. del Carmen, Camp.-El miércoles de ceniza es el primer día de cuaresma; la cuaresma invita precisamente a nuestra autoridad interior a que hagamos las cosas con recta intención únicamente para agradar a Dios., dijo en su liturgia de este miércoles de ceniza, el rector del Santuario Mariano Diocesano de Nuestra Virgen del Carmen, José Francisco Verdejo Aguilera.
“Ojala que en este miércoles de ceniza le digamos al Señor como dice la escritura “Misericordia Señor” hemos pecado y a la hora de la imposición de ceniza en la frente recordar la palabra que nos dice el sacerdote, recuerda que “polvo eres y en polvo te convertirás”, es saber reconocer nuestra fragilidad humana, por eso no olvidemos que el tiempo de cuaresma expone la necesidad de la conversión”, señaló.
Explicó que, las personas deben hacer un cambio de mentalidad, de actitudes en nuestras retorcidas forma de pensar que no está en sintonía lo que Dios pide; la auténtica conversión consiste en reconocer que le hemos fallado a Dios,
que hemos traicionado el gran amor que Dios siente por nosotros y que necesitamos tomar nuevo rumbo para que todo hagamos conforme a la voluntad del Señor, para que así lleguemos a la Fiesta de la Resurrección con un corazón renovado y bueno.
Agregó que nuestra práctica de piedad no debe quedarse solo en un simple ritualismo costumbrista, sino que nuestra vida refleje lo que realizamos de manera piadosa, cuestionémonos de qué sirve no comer carne de cerdo o de res al querer practicar el ayuno, si tal vez estoy comiendo carne humana cuando hablo mal del prójimo, cuando lo critico, lo difamo, cuando me comporto de manera hipócrita delante de ellos.
Apuntó que además de qué sirve que haga uno piadosamente su viacrucis viernes a viernes, si cuando el Señor le concede la cruz de su vida de santificación, enseguida se molesta y comienza a buscar o a quejarme ¿quién le paga todo esto?
“De qué me sirve ayudar a los demás si lo primer que busco es el reconocimiento de quienes me rodean para que vean como ayudo a lo demás, que soy muy solidario o tal vez para que después me devuelvan el favor,
por eso, cada obra buena que se haga en cuaresma sea de corazón sincero, el único que tiene que enterarse de mi obra es “Mi Padre Dios” que está en lo secreto y mi Padre será quien me recompense”, indicó.
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