Abuelita implora que le regresen a su lorito
El vínculo que se desarrolla entre nuestras mascotas se vuelve inquebrantable la mayoría de las veces, cuando llega el momento de su pérdida es doloroso. Esta es la historia de un lorito que ha vivido con su dueña más de 50 años, abuelita implora por su regreso.
Minerva Castellano reside en Córdoba, Colombia, es una abuelita de 102 años que suplica la ayuda para recuperar a su amada ave; un loro llamado Vitricio que la ha acompañado desde hace 5 décadas.
El loro representa para ella el mejor recuerdo de su esposo fallecido, su familia se dedica a cuidarlo y ofrecerle amor.
Se trata de un ejemplar de loro moña amarilla que pertenecía a Miguel del Toro, el esposo de Minerva, muere hace 10 años.
El loro llega en 1970 a la casa de la ancianita, se convierte en su mejor amigo, quien ha visto nacer a decenas de hijos y a casi cincuenta nietos y bisnietos de Minerva.
Vitricio es la alegría de la casa, sobre todo porque se la pasaba cantando.
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Abuelita implora por su lorito decomisado
Ahora el ave está en manos de la policía, los agentes deciden decomisar a Vitricio dejando a Minerva devastada.
Eliana Guerrero, nieta de Minerva, ofrece declaraciones de lo sucedido ya que fue decomisado cuando esta lo lleva a la ciudad de Montería para una revisión médica, ya que una presentaba problemas en una de sus alas:
“Cuando nos quitaron a Vitricio, llegué a la Terminal de Transportes de Montería y enseguida fui abordada por la policía Ambiental. Me dijeron que me iban a quitar al lorito por tráfico de especies; yo les expliqué que el loro ha estado en mi familia por 50 años pero no me hicieron caso.”
A pesar de que Minerva no puede atender al loro por su edad, su nieta es quien se encarga de su cuidado, abuelita implora por Vitricio; ella sufre por su ausencia.
Eliana asegura que por el bien de su abuelita prefieren no contarle que el loro está en manos de la policía. Asimismo, Eliana asegura:
“Aunque aseguran que nadie debe tener a un loro cautivo en su vivienda, Vitricio permanecía libre desplazándose en la casa; estaba acostumbrado a recibir cariño y atención de toda la familia.”
