Alianza opositora pero sin Alito
Triques
La alianza opositora que en su momento fue una novedad política en México, se ha desgastado tanto que se hizo vieja en el intento por ganar elecciones y ahora está a punto de desaparecer.
Cuando a tres partidos e diferentes corrientes políticas sólo las une el odio hacia el Presidente de la República poco puede lograrse. La amalgama de ideas que terminaron por volverse una sola consigna que era la de ganar elecciones capitalizando una inconformidad social que consideraban mayoritaria, era antinatura desde cualquier punto de vista. Pero finalmente era la tabla de salvación que evitaba el naufragio de sus tres partidos integrantes. En su momento, de no haber competido juntos en algunas elecciones, más de uno hubiera perdido su registro.
La bisagra económica –no política ni ideológica–, el empresario Claudio X. González ve que el PRI ya no le sirve para integrar el Frente Amplio por México y califica ese partido de estar integrado de corruptos.
Rubén Moreira y Alejandro Moreno, propietarios de lo que queda del PRI oficial, arremetieron contra el empresario y afirmaron que en su partido hay priistas calificados, profesionales y eficientes, que le dieron y le siguen dando a México grandes décadas de trabajo, desarrollo y crecimiento. No lo desmintieron, porque desmentirlo era como contradecirlo y esto podría costarles muy caro.
Aquí la defensa ante el patrón de nada sirve, ése ya había dado su veredicto, que impulsa la salida, por voluntad propia o por la fuerza, del PRI, a menos que se negocie la salida de Alito de la presidencia de ese partido, porque su estancia se ve forzada y arbitraria, y pueda caminarse con menos peso hacia las elecciones. El empresario X no está contra el PRI, está contra la presencia de Alito en la dirección del partido.
Nunca antes como ahora en la historiad el PRI un líder nacional había sido tan estorboso como Alito y así lo ven sus propios aliados y su Mecenas, quien, al parecer ya no está dispuesto a soportar un día más manteniendo al líder del tricolor.
Este desprecio del empresario X por la cúpula del PRI, divide más aún a ese partido. Si antes estaba dividido en dos partes ahora lo está en tres y la desbandada sigue diariamente hasta dejar las oficinas de Insurgentes Norte como pueblo fantasma, donde, desde ahora, no se para nadie. Antes cerraban Insurgentes para que llegaran sus líderes de ese partido, ahora ni los empleados asisten.
La pegatina que utilizó el empresario X fue muy endeble. Nada puede construirse con el odio, porque además de ser un contrasentido, los cimientos simplemente no existen y las divisiones en lugar de convertirse en coincidencias mínimas se hicieron cada vez más grandes. Los puntos de acuerdos estaban tan lejos que redijeron su unidad a ganar las elecciones y cuando ganaban, el PRI se avoraza para dejar sin cargos a los compañeros de alianza.
Es el PRI el que puede resquebrajar una alianza que está prendida de alfileres y que se concreta sin Alito o comité sin el PRI. A pesar de la agonía el tricolor tiene más aceptación que el PRD ante los ojos del jede de la alianza y esto exige una declaración contundente de Alito o bien una decisión radical; sin embargo, su silencio muestra pasividad y sumisión a los designios de quien organiza, financia y dirige a una oposición destartalada que cada día tiene menos fuerza.