Los cangrejos tabasqueños y su horrible trabajo (parte II)
DOBLEFILO
POR HOMERO T. CALDERÓN
Hay dos partes de Tabasco que no gozan la hermosa circunstancia de lo que propone Andrés Manuel López Obrador. Hay en sus entrañas personales, de algunos resentidos tabasqueños, algo desgarrador que no permitió que muchos disfrutáramos del hermoso espectáculo que fue trasladar el primer vagón del Tren Maya desde el estado de Hidalgo a Cancún, Quintana Roo.
Recuerdo igualmente que alguna vez los SÍMBOLOS PATRIOS fueron traídos a Tabasco. Mucha gente estuvo también encabronada. Pero yo quiero entender el juego hermoso de López Obrador al traer por media geografía nacional el primer vagón del Tren Maya y que de inmediato fue colocado sobre los rieles por donde hará su recorrido.
Recuerdo cuando en la escuela secundaria empezamos los chicos “treceañeros” a recorrer lo más hermoso de México. Y llegó en alguna página de aquellos libros de doña Soledad Anaya Solórzano los versos de Suave Patria, aquel insigne poema del poeta de Jerez, Zacatecas, Ramón López Velarde.
“Tu casa todavía es tan grande, patria mía, que el tren va por la vía como aguinaldo de juguetería. Y en el barullo de las estaciones, con tu mirada de mestiza, pones la inmensidad sobre los corazones”…
Hay mucho de López Velarde en el gesto heroico de Andrés Manuel al llevar a los yucatecos, quintanarroenses, campechanos y tabasqueños un tren como su GRAN PROYECTO para integrarnos al desarrollo nacional que siempre nos había tomado como proveedores de agua, petróleo y energía eléctrica para todo el norte de la república.
ANDRÉS MANUEL es el gran maquinista del Tren Maya. Y tengo que entender también como Javier May asume el puesto de Fogonero Mayor de ese tren que recorrerá más de mil 500 kilómetros de vanguardia para ser la gran península de Yucatán la clave para que el gran turismo mundial que ya se da por los aeropuertos de Cancún y Mérida, sea la puerta por donde el planeta accede al Mundo Maya.
AMLO es el GRAN TIGRE. y detrás de él está Javier May Rodríguez. En ellos –tabasqueños de primerísima categoría- descansa quizá la principal obra del sexenio actual. Benditos sean los tabasqueños que no piensan egoístamente ni sienten envidia por nada de lo que otros tabasqueños construyen. ¡Viva Tabasco!….