Bullying escolar deben ser atendidos a tiempo
Para prevenir a los menores que sufren de bullying caigan en depresión y que los agresores cometan graves errores
El bullying siempre ha existido, sin embargo, actualmente se va más a las plataformas digitales, por ello, los padres de familia deben estar al pendiente de sus hijos y les hagan ver que si son objetos de este problema acudan de inmediato a las autoridades educativas como, maestra, maestros, directora o director del plantel para que pongan un alto a la situación y no provoque incidentes graves como han sucedido en alguna escuelas de nivel primaria y secundaria, entre otros, en Ciudad del Carmen y otras parte de la República Mexicana, dijo el presidente de la Asociación de Médicos Egresados de la Universidad Veracruzana, Froilán Palestino Cruz.
Indicó que los niños que sufren de bullying escolar, al estar deprimidos pueden llegar hasta el suicidio, por ello, la importancia de los padres a que estén pendientes del comportamiento de sus hijos; ya que por la forma en que se porte el menor, da a conocer algunas situaciones, y con ello los padres de familia podrán aumentar su autoestima.
Manifestó que el bulliying, se suele producir durante el recreo, en la fila para entrar a clase, en los baños, los pasillos, los cambios de clase, al entrar y salir del centro; también puede ocurrir en el aula, cuando el profesor está escribiendo en la pizarra o mientras atiende a otros alumnos
Agregó que el origen de la violencia del acosador puede venir causado por problemas sociales o familiares, que pueden provocar que el niño desarrolle una actitud agresiva y que en la adolescencia sea violento; por ello, el padre de familia o algún familiar cercano al ver la conducta negativa del menor lo deben llevar a tratamientos psicológicos, para que norme su carácter y evitar que a través del impulso cometan errores.
Añadió que existen una serie de indicadores que el niño acosado puede presentar y alertar a los padres y profesores en caso de que esté sufriendo bullying escolar como; problemas de memoria, dificultad en la concentración y atención y descenso del rendimiento escolar; depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de apetito, dolor de cabeza, malestar generalizado, cansancio, sensación de ahogo, entre otros.
“También se asocia dificultades para dormir, pesadillas o insomnio; aislamiento social, apatía e introversión; mantenerse en estado de alerta de manera constante; no querer ir al colegio, ni juntarse con otros niños; faltar al colegio de forma recurrente; sentimientos de culpa y asunción de responsabilidad de los hechos; conductas de huida y evitación; negación de los hechos e incongruencias; llanto incontrolado, respuestas emocionales extremas y miedo a perder el control o a estar solo”, apuntó.