Ambientalistas “extremistas” apuestan a la confrontación y no al dialogo con empresas
Por Ariel Velázquez
CDMX. La relación entre las ONG y las empresas crece año tras año. A menudo, se oye la afirmación de que unas y otras están condenadas a entenderse y cooperar. La realidad no es tan sencilla y el abanico de relaciones entre ONG y empresas toma unas veces la vertiente del enfrentamiento y otras la del diálogo o la colaboración; las que tienen bien definidos sus objetivos de “ayuda a ayudar”, sin fines de lucro y altruistas; leales a sus principios y transparentes como las de carácter social; cada vez más suman y mantienen el diálogo y el equilibrio. No así las ONG de carácter ambientalistas principales en México como Greenpeace; Indignación A.C; Cemda; Endesu; Pronatura; Beta Diversidad; que han perdido el rumbo.
Defienden intereses extranjeros políticos y económicos; son oscuras, han perdido la confianza y credibilidad y lucran con la pobreza, con los derechos humanos, con la religión, con la manipulación a indígenas y son extremistas de ultraderecha, esas no suman; pueden más los financiamientos extranjeros que están abiertos al diálogo y la confianza; pero le apuestan más a la confrontación, a los ataques, descalificaciones; y condenar con argucias, engañosas estrategias de mercadotecnia; con el fin de condenar, sembrar pánico y frenar lo que se proponen, aseguran analistas catedráticos de Yucatán.
Es de conocimiento que las ONG provocan la confrontación más que la colaboración con las empresas y los gobiernos; sus acciones y reacciones son extremistas con fines lucrativos o chantajes; urge en estos tiempos haya más colaboración que sembrar odio entre los ciudadanos y las empresas. Los conflictos ambientales son un área en la cual las contradicciones se van generando por los conflictos de intereses de la economía y la política que respaldan a la ONG contra algún competidor en lo comercial, político y social.
En los dos casos el contexto o intereses político y económico influyen en la toma de decisiones de las ONG y su postura contra las empresas u objetivo específico alguno. Así se puede observar que cuando la prioridad es el desarrollo y el crecimiento económico, surge una posición radical de las ONG para defender supuestamente el impacto ambiental y activan actividades de odio y confrontación para crear un ambiente negativo y promover acciones que frenen a los adversarios de quienes financian a la organización civil.
Expertos han acusado a las ONG de generar desconfianza y que Basta ya de la doble moral de sus activistas y de su organización. Que no hay que ser extremistas ni en el cuidado del medio ambiente ni en las causas de desarrollo y progreso y que cada día las empresas son socialmente más responsables y mejoran relación con comunidades y es donde también la ONG debe cooperar sin condenar y no manipular conciencias. Consideran que debe haber un equilibro. “Ni ser un extremista en lo medioambiental, ni en el progreso e impulso económico de las gentes en sus comunidades.
Las empresas y actores de inversiones; buscan recuperar esa confianza, pero ven que esta es afectada, pues hay un conjunto de ONG que inyectan fondos e ideologías en estos temas y generan muchas veces más desconfianza”.
Cabe destacar que el movimiento ambiental, con sus componentes de organizaciones no gubernamentales, organizaciones de base e indígenas, ha obtenido un gran apoyo de sus relaciones con actores internacionales y su discurso de conservación, protección ambiental, derechos indígenas, participación comunitaria y local; van radicalizando e incitando al extremismo.
Es irse siempre al extremo y ver todo como afectación al medio ambiente y con visión negativa; con cerrazón concentrando su accionar en el ataque al progreso, investigación y desarrollo tecnológico; a las actividades económicas productivas; a través de campañas sistemáticas; pero lo que llama la atención no lo hacen contra las empresas que más contaminan que están en poder de capitales extranjeros.
Para conseguir sembrar la indignación y odio lanzan campañas de Acción Psicológica; con la excusa de la ecología para atacar a concesiones de capitales ajenos a los intereses de las ONGs o empresas extranjeras.
Ya hace mucho tiempo se viene reclamando a los ambientalistas sus tipos de acciones, campañas y pronunciamientos al respecto y advirtiendo a los ambientalistas que sus “estrategias maquiavélicas; de doble moral y velar por otros intereses; al sector formal ya van perdiendo valor y hace evidente que estos grupos solo se dedican a estos temas o “causas ecologistas” como una forma de ganarse la vida, obtener prebendas y réditos políticos, y no a proteger el ambiente; por eso igual les reiteran que “Basta ya de la doble moral y de seguir ostentando que son sin fines de lucros. Queda por lo tanto demostrado que esas organizaciones no solamente difundían voluntariamente informaciones y lancen campañas que incitan al odio y a la hostilidad.
Es importante precisar que hay ONG con carácter social y otras con carácter medioambiental; las primeras son las que contribuyen en ese equilibrio con la empresa y las de los ambientalistas son los que en busca de diálogo generan conflictos y confrontación cayendo en extremismos; y se entiende por los intereses políticos y económicos que defienden.
Lo elemental y trascendente en resiente estudios se descubrió que el 67% de compañías colaboran con las ONG por su capacidad de aportar valor social en los sectores en donde operan. Hoy, es una necesidad de vital importancia ser socialmente responsable en el mundo empresarial.
La responsabilidad social empresarial es muy importante en la actualidad. Es necesario mantenerse en paralelo a las nuevas tendencias y preferencias de los usuarios, leyes, políticas y otros factores que promueven los valores sustentables. Por ello, también es importante saber gestionar cualquier tipo de proceso con otra compañía, una ONG u otro tipo de institución que pueda apoyar con este objetivo.
Aunque todavía un buen porcentaje se siguen dando casos de confrontación entre empresas y ONG. Mayormente son conflictos por disputas de impacto ambiental, pues las ONG (que supuestamente velan por el uso de procesos o recursos sustentables) limitan el trabajo de una organización privada. Sin embargo, ahora las compañías socialmente responsables se están convirtiendo en grandes aliadas, pues con buenas prácticas es posible llegar a un acuerdo y colaboración bajo un mismo propósito: la responsabilidad social. No así de parte de las organizaciones civiles extremistas.
Las empresas, hoy en día, son más responsables socialmente y ambientalmente. Muchas de ellas se han adaptado a las tendencias actuales y necesitan mejorar su reputación frente a los consumidores. Actualmente, los usuarios requieren que las organizaciones tengan valores notables, no dañen el medio ambiente y sean responsables con sus productos y servicios. También se habla de la igualdad de género y de prácticas internas que promuevan la seguridad y la salud de los colaboradores. Todo esto suma en una compañía con su marca y ser atractiva para inversionistas, consumidores, proveedores y otros agentes.
Las confrontaciones generan denuncias públicas, protestas masivas y actividades de sensibilización organizadas por comunidades y todo ello causa pérdidas para las empresas. Por este motivo, es mucho más rentable pasar a la colaboración y realizar las modificaciones que sean necesarias para que todas las partes estén satisfechas y sobre todo quienes sean más favorecidos sean las gentes de las comunidades que tanto necesitan reactivarse también económicamente.
En este sentido, las ONG tienen el alcance y la visión de movilizar a cientos de personas a favor de una causa. Gracias a la colaboración actual de las compañías, tanto las empresas como las ONG trabajan de la mano y con el público en general. Este cambio disminuye las controversias, promueve el diálogo y genera el éxito total de los procesos empresariales y además logra que las ONG cumplan con su misión.
Hay experiencias a nivel mundial: Por medio de la mejora de cadenas de valor. Una compañía puede tener los mecanismos o recursos que le interesan a una ONG para cumplir determinada meta. Un caso es el de la empresa Ferrovial, la cual coordinó con Intermon Oxfam para mejorar las infraestructuras de saneamiento en Etiopía. Esto lo lograron gracias a los conocimientos técnicos que poseen los trabajadores de Ferrovial en este campo. Es gracias al diálogo y buscar los puntos de equilibrio y buen entendimiento.
Según un estudio elaborado por ESADE y PwC, existen otras formas de realizar las alianzas. Entre las más importantes están: la filantropía corporativa y los patrocinios, el voluntariado corporativo y ejecutivo, la asistencia técnica y probono, la asociación de marcas para dar visibilidad, el marketing social, entre otras.
Es importante que ONG y empresas en México ya no son enemigas declaradas, en sus relaciones; lo que predomina es la desconexión y la indiferencia. Una encuesta a 364 ONG mexicanas revela que sus relaciones son meramente económicas y de tipo transaccional, que no priorizan. Más allá de los obstáculos que presenta, la colaboración intersectorial se concibe todavía como la manera más efectiva de abordar los problemas complejos e intrincados de los que adolecen nuestras sociedades, y tanto ONG como sector privado se beneficiarían de interiorizarlo lo antes posible. Más vale buenos arreglos que eternos pleitos; que es lamentable que las ONG como Cemda; Greenpeace; Indignación A.C; por intereses internacionales no busquen soluciones equilibradas en el País y se aferren a tener solos la razón.
En la medida de lo posible, ONG Y empresas optan por establecer una primera etapa de diálogo; que conlleva un proceso; que a veces las ONG no entienden y pasan a una estrategia de confrontación con acciones de denuncia pública y de protesta y diversas actividades de sensibilización sobre los clientes y accionistas con objeto de forzar a la empresa, pero no para realizar los cambios necesarios; si no que “cancelen actividades y producción se cierran a una etapa de colaboración e impulsan la confrontación y desatan los ataques sin medir las consecuencias donde también perjudican a cientos de pobladores de una comunidad; que realmente allí viven; y no como los activistas que van de paso y pasan sobre la voluntad del pueblo; privilegiando sus intereses y financiamientos.
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